El escritor de Isidro Casanova recomienda libros escritos detrás de las rejas y otros libros imperdibles.
Las calles de La Matanza, las canciones y películas de los 80, y los boliches del oeste se pueden rastrear en los libros del escritor Leo Oyola, oriundo de Isidro Casanova. Los sueños, los lazos de amor y amistad, los anhelos de justicia y de redención atraviesan su obra. Es autor de Siete, el tigre harapiento, Santería, Sacrificio, Hacé que la noche venga, Bolonqui, Gólgota, Chamamé y Kryptonita, que fue llevada al cine en 2015 por Nicanor Loreti, convertida en la serie televisiva Nafta Súper y en una historieta. También escribió los libros de relatos Sultanes del ritmo y Nunca corrí, siempre cobré. Su última novela se titula Ultra/Tumba y transcurre en una cárcel de mujeres.
Por su labor como escritor, Oyola suele recorrer establecimientos educativos, bibliotecas y talleres de escritura. Desde hace casi diez años también recorre unidades penitenciarias. “¿Por qué voy rejas adentro a dar literatura?— se preguntó el escritor— Me gusta pensar que estoy llevando una historia y me traigo muchas más, como cuando vas a la universidad, a un pueblo, a un país nuevo, lo hago y punto, aprendiendo a no juzgar. Hay que aprender a no juzgar a estas personas”. Además, destacó el valor de la lectura y la escritura en el contexto de encierro: “Escribir de rejas para adentro se trata de exorcizar lo que se hizo mal, buscando tener una segunda oportunidad. Primero en el papel, con uno mismo, y después lo más difícil, lo que más cuesta concretar, tener una segunda oportunidad ante la mirada del otro”. Así, el escritor de Isidro Casanova recomendó libros escritos detrás de las rejas y otros libros imperdibles.
Los recomendados de Oyola
1. Drugstore Cowboy, de James Fogle
“Fue el único libro que publicó este autor. Tenía más de una veintena de manuscritos que quedaron inéditos porque cumpliendo condena lo único que hacía era leer y escribir. Es una novela que tiene mucha ferocidad, pero un montón de humanidad. La llevó al cine Gus Van Sant, pero ni siquiera ese espaldarazo logró que se lo siguiera publicando o que abandonara la vida delictiva. De hecho, falleció cumpliendo condena”, contó Oyola.
2. Huida del corredor de la muerte, de Edward Bunker
“De haber sido la persona más joven en ingresar a la cárcel de San Quintin y uno de los más buscados por el FBI, llegó a consagrarse como uno de los autores de novela negra contemporánea más respetados entre sus colegas. Fue amigo de James Ellroy; Dustin Hoffman le compró los derechos de su primer libro que fue llevado a la pantalla grande. Estuvo nominado al Oscar por el guión de una película, Escape en tren. También participó como actor en Perros de la calle, de Quentin Tarantino. Tarantino era fan de Bunker. También logró que un hermano que conoció cumpliendo condena se convirtiera en actor, Danny Trejo, el de Machete”, dijo el escritor.
3. 79, el ladrón que escribe poesía, 48 el muerto que escribe cuentos y 118: cien veces sangre, de Waikiki (Tren en movimiento)
“Waiki da unas charlas muy bienvenidas sobre lo que es hacer ficción. Él dice ‘todo lo malo no lo hagas, escribilo. Dejalo ahí, en el papel y si te ponés colorado cuando lo contás por algo será”, contó Oyola.
4. Un partido sin papá, de Claudia Cesaroni
“Cuenta desde el punto de vista del hijo de una persona que va a tener que cumplir condena, que va a quedar privado de su libertad. Cuenta no solo como el chico extraña a su papá, también cuenta, sin pegar golpes bajos, lo que para la mayoría es desconocido, la burocracia para visitar a un familiar que está preso”, dijo el escritor. “También quiero destacar a la editorial Tren en movimiento que publica a varios compañeros que estuvieron en la cárcel”, agregó.
5. Entre mandarinas y tumbas, de los poetas de la Unidad Penal 6 de Rosario, Santa Fé (Editorial Lucas Collosa)
El libro recoge poemas de internos del penal. Sus voces fueron recopiladas por la poeta y dramaturga Ariana Daniele, que coordinaba un taller literario dentro de la unidad penitenciaria.
6. El sol dentro de esta oscuridad, de internas de la Unidad N°33 de Los Hornos
“Es narrativa de mujeres privadas de su libertad. También trae los procesos creativos. Uno puede leerlo como a Mientras escribo, de Stephen King o Conversaciones con Mario Levrero, de Pablo Silva”, explicó el escritor.
7. Obligado tic tac, Tu nombre escrito en tinta china, Bancame y punto, de Liliana Cabrera
“Es una gran poeta. Le tocó estar cumpliendo condena en el penal de Ezeiza. Creó una de las primeras editoriales cartoneras y está al frente de una organización que se llama Yo no fui”, dijo Oyola.
8. Muertas vivas, poemas desde el penal nº 5 (Editorial de la Municipalidad de Rosario)
Reúne poemas de Mirtha Rusñisky, Patricia Funes, María Eugenia Bruno, Claudia Paiva, Lucía Alcaraz y Rosana Esquivel escritos durante 2016 en el taller de escritura organizado por la ONG “Mujeres tras las rejas” en el Instituto de recuperación de Mujeres Unidad N° 5 de Rosario. “Me gusta tanto este libro que para Ultra/Tumba elegí un epígrafe de este libro”, contó el escritor.
9. No creas en las películas y Héroes de bondi, de Gabriel Juárez
“Es un policía, hay que dejar los prejuicios de lado. Los textos no es que están muy bien, son conmovedores”, explicó Oyola.
10. La ganzúa, de las internas de la unidad carcelaria de El Borbollón
“Es una genialidad, un fanzine que hacen las chicas de el cens 3-516 que funciona en la cárcel de Mujeres de El Borbollón”, contó el escritor.
11. El personaje de mi barrio y otros cuentos, de Martín Bustamante
“Es un colega enorme que como Lili Cabrera está excediendo el rótulo que muchas veces necesita el ámbito de la escritura, de escritor tumbero”, destacó Oyola.
12. Monstruos perfectos y Pampa del infierno, de Miguel Ángel Molfino
Monstruos perfectos es un impactante policial negro que, según palabras del autor, describe la educación criminal de un adolescente. Pampa del infierno es un western que transcurre en la selva chaqueña.
13. El guacho Martín Fierro, de Oscar Fariña
El Guacho Martín Fierro, una potente resignificación tumbera del clásico poema gauchesco. El escritor, Oscar Fariña (1980), respetó la métrica de la primera parte del libro de José Hernández y lo adaptó a través del uso de un lenguaje turro y marginal.
14. Poesía, de Mariela Gouric
Mariela Gouiric nació en Bahía Blanca, en 1985. Publicó Tramontina, en 2012; y Botafogo, Decime qué se siente. Se siente hermoso y Pensaba que no había un paisaje pero, todos en 2014.
15. Sin pelaje, sin sombra. Poesía reunida, de Susana Villalba
"No es el lenguaje lo que habla sino su descarrilamiento. ¿O su nacimiento? No soy yo en mi forma cotidiana de estar en el mundo la que escribe, esa personalidad (personaje) que protege ante el mundo. Pero sí es Mi voz, la que se fue gestando en el estado alerta ante todo lo que el afuera trae u oculta. Es mi silencio abierto a escuchar el lenguaje antes de su big bang y mucho antes de su gramática. Pero también dispuesta a ser su big bang para proponer otras maneras de decir el mundo", escribe Susana Villalba en la contratapa del libro.
16. Ahora o nunca, de Ricardo Zelarrayan
En Ahora o nunca se reúnen los volúmenes La obsesión del espacio y Roña criolla, más poemas inéditos y los breves cuentos infantiles de Traveseando.
17. Poesía reunida, de Arnaldo Calveyra
Este volumen reúne la obra del poeta argentino.
18. Poesía de Jorge Leónidas Escudero
Escudero, sanjuanino, publicó su primer libro, La raíz de la roca, a los cincuenta años. Su obra integra varias antologías nacionales y extranjeras. Otros de sus libros son Le dije y me dijo (1978), Piedra sensible (1984), Basamento cristalino (1989), Umbral de salida (1990), Elucidario (1992), Cantos del acechante (1995), Viaje a ir (1996), Caballazo a la sombra (1998) y Senderear (2001), entre muchos otros.
19. La búsqueda de la visión, de David Mack.
Los comics contenidos en este ‘Marvel Saga Daredevil: La Busqueda de Visión’ no tienen superhéroes convencionales. No hay peleas para salvar al mundo, supervillanos o alinígenas amenzantes, sino que explora cuestiones sociales.