A 202 años del fallecimiento del prócer hacemos un repaso por sus pensamientos sobre la libertad, la educación, la patria y el devenir de la nación.
El 20 de junio se conmemora el Día de la Bandera Argentina, en homenaje a su creador Manuel Belgrano, un pensador de avanzada para su época y uno de los principales dirigentes del proceso independentista que comenzó en 1810. A 202 años de la muerte del prócer hacemos un repaso por sus pensamientos sobre la libertad, la educación y el devenir de la nación.
Manuel Belgrano se formó como abogado en la Universidad de Salamanca, en España, pero fue su contacto con el mundo el que impulsó su accionar. “Hijo de la Revolución Francesa, devoto de los derechos del hombre y del ciudadano, comprometido profundamente con la gesta de poner fin al absolutismo en estas tierras, a modernizar la sociedad en que le ha tocado vivir, derrumbando rémoras y prejuicios”, lo definió el historiador Norberto Galasso en el prólogo del libro Un pueblo culto nunca puede ser esclavizado: homenaje de las Bibliotecas Populares a Manuel Belgrano, publicado por la CONABIP. Fueron las ideas filosóficas de la Ilustración las que lo guiaron en la creación de símbolos para la nación. Así fue como decidió crear la escarapela y luego, a orillas del río Paraná, una bandera nacional, celeste y blanca, que acompañaría a los soldados independentistas en su lucha contra el ejército español.
Belgrano fue, además, precursor de la escuela pública argentina, de las escuelas técnicas, de la educación de la mujer, de las escuelas de comercio, del estudio de las matemáticas y de las escuelas de náutica y de dibujo. "Fundar escuelas es sembrar en las almas", dijo alguna vez. Al tiempo que aseveró: "Esos miserables ranchos donde se ven multitud de criaturas, que llegan a la edad de la pubertad, sin haberse ejercitado en otra cosa que la ociosidad, deben ser atendidos hasta el último punto. Uno de los principales medios que se deben adoptar a este fin son las escuelas gratuitas, a donde puedan los infelices mandar sus hijos, sin tener que pagar cosa alguna por su instrucción; allí se les podrán dictar buenas máximas, e inspirarles amor al trabajo, pues en un pueblo donde reine la ociosidad, decae el comercio y toma su lugar la miseria".
El prócer consideraba que junto con la educación, la economía era un elemento fundamental para construir una nación para todos. Así, abogó por la protección de la industria nacional e identificó a la agricultura como una fuente de generación de riquezas. Según su doctrina, la economía debía basarse en un desarrollo armónico entre la agricultura, la industria y el comercio. "Todas las Naciones cultas se esmeran en que sus materias primas no salgan de sus estados a manufacturarse, y todo su empeño es conseguir, no sólo el darles nueva forma, sino aun atraer las del extranjero para ejecutar lo mismo, y después vendérselas", aseveró en una Memoria Consular del 14 de junio de 1802.
La biblioteca belgraniana
Su compromiso con la cultura argentina también se reflejó en la donación de una gran cantidad de libros para colaborar con la creación de una biblioteca pública nacional, la actual Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Durante sus años en España, se había dedicado a la lectura, y además de libros sobre derecho, había reunido una gran cantidad de obras sobre literatura, historia, filosofía, geografía y viajes, economía, agricultura y ganadería, ciencias, técnicas. Entre ellas, las de filósofos como Platón, Plinio y Ovidio; libros de medicina de Gemino, Della Porta y Huxam; los desarrollos científicos de Lineo, Lavoisier, Adet y Sigaud de la Font. Luego su biblioteca se enriqueció con volúmenes sobre economía y agricultura. Estos libros fueron parte de los que donó en 1810 y 1811 a la actual Biblioteca Nacional. El catálogo completo de los materiales que aún conserva la Biblioteca se puede consultar aquí.
"Si Manuel Belgrano viviera haría hincapié en cuestiones vinculadas a la educación y la economía, sin ninguna duda. Lo social se desprende de la economía y de la educación, que son los dos grandes valores que hay que saber manejar muy bien para construir una Nación. Con una buena economía, sana y con una muy buena educación vamos a tener una muy buena Nación. Belgrano fue un gran predicador y un hacedor de esos dos ítems y creo que hoy estaría encauzado por el mismo lado”, explicó al portal del Ministerio de Cultura de la Nación Manuel Belgrano, chozno nieto del prócer y presidente del Instituto que lleva su nombre.
El Instituto Nacional Belgraniano lleva adelante una labor de investigaciones históricas y de estudio sobre la vida y la obra del prócer. Así, el instituto ofrece a los investigadores y al público en general manuscritos, documentos históricos, investigaciones, ensayos, revistas, compendios didácticos, entre otras producciones escritas sobre Belgrano. Además, posee un sello editorial que lleva publicadas 47 obras de índole histórica sobre el prócer. Todo este material puede consultarse y ser descargado en la página web del instituto.