Un número cada vez más nutrido de jóvenes aprovecha YouTube y otras plataformas virtuales para hablar de libros y contagiar su pasión por la lectura, generando un espacio de expresión horizontal –no contaminado por el principio de autoridad– que convoca a miles de cibernautas. El fenómeno booktuber no sólo está demostrando que los chicos leen. También revela que quieren opinar. Las editoriales y algunas bibliotecas populares ya tomaron nota. Acá, te contamos en detalle, qué es un booktuber.
Internet equivale a la escritura: como herramienta de publicación y distribución de información, como archivo, como espacio de reelaboración de la memoria, como diccionario semántico instantáneo, como gramática virtual y como estabilizador de estados de lengua. Internet, como la escritura y como la imprenta, ofrece mucho más que entretenimiento anestésico”, respondió el escritor y docente universitario Daniel Link al portal Educ.Ar. Para un número cada vez más grande de adolescentes, por ejemplo, la llamada “red de redes” ofrece la posibilidad de hablar de los libros que los apasionan en YouTube, Twitter, Blogspot o Facebook: plataformas de intercambio que aprovechan de modo personalísimo. “Los jóvenes sí leemos, sólo que estamos un poco dispersos y las redes sociales son un buen impulso para acercarnos”, cree Matías Gómez, uno de los pioneros en animarse a las videorreseñas en nuestro país.
¿Qué es un booktuber? Alguien que, desde la intimidad de su casa, publica videos donde comenta los libros que lee. Para Matías, sin embargo, es importante distinguir lo que hacen de las reseñas o las críticas literarias: cree que son, antes, opiniones de un lector hacia otros lectores, en una relación horizontal donde no se reclama autoridad sino espacio para expresarse. “Mi objetivo como booktuber es compartir lo que leo y buscar gente para charlar un poco sobre libros”, resume. Cuando arrancó con su canal en YouTube, los ejemplos en nuestro idioma provenían de España y de México. Lentamente surgieron seguidores que le agradecían, al fin, una voz local. Los videos se viralizaron y entusiasmaron a otros nativos digitales.
Entre las obras más repetidas en los estantes de las bibliotecas de esta manada virtual, que ofician de decorado doméstico en sus videos, se cuentan libros como Bajo la misma estrella, Ciudades de papel y Buscando a Alaska de John Green; trilogías como Los juegos del hambre de Suzanne Collins, Maze Runner de James Dashner o Divergente de Verónica Roth; Las Crónicas de Narnia de C. S. Lewis y los infaltables siete tomos de Harry Potter, que iniciaron a muchos de ellos en la lectura. Son capaces de devorar cuatrocientas páginas en un par de días y son incapaces, por otra parte, de mentir: si el libro no les gusta, aplicarán la misma vehemencia para decirlo que para celebrar la publicación del tomo que esperaban. Ser booktuber es un hobby intenso: no solamente deben leer los libros y formar una opinión honesta al respecto, sino que también deben manejar herramientas audiovisuales. Son sus propios camarógrafos, musicalizadores y editores.
“Ahora no leemos en solitario, creo que eso lo hace más divertido”, dice Matías. Aprovechan las ferias y las presentaciones para encontrarse, y también organizan reuniones. “El hecho de haber decidido empezar con el canal ayudó mucho a que me soltara un poco más, no sólo en mi casa, sino también frente a personas que no conozco”, cuenta Carla Dente. Para varios, esta práctica comunitaria significó la posibilidad de definir o redefinir su orientación vocacional hacia carreras como edición, letras o comunicación social.
Las editoriales y la Feria del Libro han comenzado a incorporar a los booktubers al circuito: les hacen llegar las novedades, los invitan a charlas y debates sobre redes sociales y literatura juvenil, organizan concursos. Las bibliotecas, poco a poco, también comienzan a tenerlos en cuenta y a advertir que es una acción de intercambio que no está muy lejos de la que ellas intentan. En esa vocación de contagio, en ese objetivo de difusión de la lectura que los booktubers reconocen como una de sus misiones (muchos cuentan que les interesa hacer saber a otros jóvenes que leer sí es divertido, y por eso buscan que los videos sean dinámicos y atractivos), se parecen a las bibliotecas populares. En las bibliotecas públicas de Estados Unidos -país en el que este movimiento se originó y tiene más años de antigüedad- se invita a los lectores, grandes y chicos, a hacer reseñas o book trailers (videos de promoción de un libro, similares a los de las películas) que se suben a sus páginas y permiten ventilar las novedades del catálogo y atraer lectores, alentando la circulación de los títulos de mano en mano.
“Para mí es una locura saber que hay más de diez mil personas del otro lado de la pantalla”, dice Macarena Yannelli, quien está, a su vez, suscripta a más de cien canales. “Las editoriales se han comenzado a dar cuenta de la influencia que tiene la comunidad booktuber”, advierte Celina Meclazcke, desde La Plata.
“Me parece maravilloso el universo que un conjunto de palabras puede crear en nuestras mentes, es algo mágico”, explica ella sobre lo que Federico Valotta deja en claro con otra línea: “Leer es mi desconexión del mundo”. Valotta ya tiene miles de fans en Facebook: “Creo que cada año el mundo juvenil sorprende más, y las editoriales comenzaron a darse cuenta de eso. No sólo se modifican los libros que publican, también quiénes los difunden. De acá en adelante esto no va a hacer más que crecer”, vaticina. Jesica Salzberg, de Editorial Océano, acompaña esa intuición: “Estamos poniendo un gran foco sobre los bloggers y booktubers. Son un nuevo movimiento que está revolucionando la forma de comunicación entre los jóvenes lectores. La rapidez con que leen y la gran energía que ponen en cada reseña demuestra que tienen pasión por lo que hacen”. Vanesa Florio, de Editorial Del Nuevo Extremo, es la responsable de coordinar el grupo de blogs y booktubers con los que suelen trabajar y armar proyectos: “Son sinceros tanto con sus seguidores como con las editoriales y creo que se han convertido en un medio fundamental para llegar a las nuevas generaciones. El medio editorial puede llegar a ser un poco reticente en lo que respecta a las nuevas tecnologías, pero de a poco ha ido reaccionando. Estamos frente a un cambio y considero que es muy bueno que hayamos aprendido a adaptarnos”, concluye.
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BOOKTUBERCIONARIO
Antes de ingresar al universo booktuber, conviene conocer algunos anglicismos que distinguen a los videos que salen del molde de las clásicas reseñas:
Booktag: Son consignas o juegos que se generan para mostrar libros agrupados, conjuntos que se conforman a partir de disparadores lúdicos.
Bookshelf tour: Cada booktuber muestra, uno por uno, los libros de su biblioteca. Una suerte de visita guiada a los estantes ajenos.
Wrap up: Video donde detallan las lecturas que han hecho durante cierto periodo de tiempo –por ejemplo, en el último mes o cuatrimestre. Allí muestran y comentan los libros brevemente.
Book haul: En estas emisiones muestran los libros adquiridos recientemente. Son obras que todavía no leyeron, y comparten las expectativas que les generan.
Unhaul: Así llaman a los videos en los que comentan libros que leyeron y no les gustaron (justificando por qué) y de los que planean deshacerse –donar a bibliotecas, sortear o regalar– para que les lleguen a otros lectores que quizás sí podrían disfrutarlos.
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