El ilustrador y escritor cuenta su estrecho vínculo con las bibliotecas y explica por qué las considera espacios fundamentales de la cultura.
“Tenía siete u ocho años e iba a la Biblioteca Popular Sarmiento de Bariloche. Creo que estaba en el lugar justo, en el momento correcto porque ahí me encontré con lecturas que influyeron en mi vida y en mi profesión”, contó Pablo Bernasconi, recientemente distinguido como Amigo de las Bibliotecas Populares por su aporte a la cultura argentina y por su vínculo con las bibliotecas. Este año, la CONABIP y los bibliotecarios de todo el país eligieron a este ilustrador radicado en Bariloche para otorgarle el premio que, en años anteriores, recibieron los escritores Liliana Bodoc, Osvaldo Bayer, Claudia Piñeiro, Juan Sasturain y Roberto Fontanarrosa; los músicos Mercedes Sosa y León Gieco; y el humorista gráfico Quino, entre otras personalidades.
“Recuerdo el olor de esa biblioteca que mezclaba madera, papel y un perfume que ojalá pudiese recobrar hoy -continuó Bernasconi-. Mi recuerdo es muy lindo, de luces tenues y de ese silencio que anticipaba algo que estaba por venir: la lectura. Había dos mujeres que atendían, no me acuerdo sus nombres, pero sí sus caras y la forma en que me acompañaron y me dirigieron hacia esas lecturas que cambiaron fundamentalmente mi vida”.
Quino, Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, “el enorme Fontanarrosa”, Franz Kafka y Eduardo Galeano fueron algunos de los escritores e ilustradores que lo cobijaron en aquellas tardes de biblioteca. Luego, lo acompañaron en su paso por la Universidad de Buenos Aires, donde estudió diseño gráfico y fue docente; también en su trabajo como ilustrador en el diario Clarín y cuando se abocó a trabajar para diferentes publicaciones de todo el mundo como The New York Times,The Wall Street Journal, Daily Telegraph y The Times. Aquellas lecturas también están presentes de alguna manera en El Diario del Capitán Arsenio, Hipo no nada, Excesos y exageraciones, Los Súper Premios, La verdadera explicación y Mentiras y moretones, algunos de los libros infantiles que escribió e ilustró; y en los cuatro libros de imágenes para adultos que publicó: Retratos 1 y 2, Bifocal y Finales.
Ya siendo un ilustrador y escritor reconocido, Pablo Bernasconi siguió yendo a las bibliotecas populares para dar charlas y talleres. “Ahí me volví a encontrar con los bibliotecarios y bibliotecarias, personas que asumen un riesgo, un compromiso ante lo que nos toca vivir y frente a la posibilidad de generar un cambio cultural", afirmó el ilustrador, al tiempo que consideró que quienes día a día llevan adelante las bibliotecas "dan mucho sin pedir nada a cambio".
En esa línea, destacó: "Hoy las bibliotecas populares son lugares que presentan a los libros, a la literatura, pero ante todo son espacios de resistencia porque ahí se generan debates que no se dan en otro lado; se propician encuentros y se generan acciones que en otro lado no se generan”.
El amigo de las bibliotecas populares
A lo largo de toda su carrera, Bernasconi recibió numerosos galardones por sus trabajos. Por ejemplo, en 2012 y 2018 fue elegido para representar a la Argentina en los premios Andersen, los más importantes a nivel mundial en el rubro Literatura Infantil. También recibió premios internacionales por su labor como ilustrador en la prensa gráfica. Sin embargo, el galardón otorgado por las bibliotecas populares argentinas lo llenó de orgullo. “Me siento profundamente honrado de recibir esta distinción -expresó Bernasconi emocionado al recibir el premio-. Me genera un enorme compromiso y me vuelve más aliado de las bibliotecarias y bibliotecarios de todo el país”.