A nadar se ha dicho

El día del nadador nos sirve como excusa para seguir hablando (o escribiendo) sobre libros. Cada 8 de agosto se celebra este día en Argentina en honor al nadador bonaerense Alberto Zorrilla, que obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Amsterdam 1928. Hoy, entonces, recomendamos cinco libros que proponen nadar. Nadar contra la corriente, llegar hasta lo profundo y salir por una bocanada de aire.

El nadador en el mar secreto
William Kotzwinkle (China Editora)

"Escribí ese libro con lágrimas en los ojos desde la primera a la última página", contó el autor. "Tengo que dejar de regalar este libro. Tengo que lograr leerlo sin temblar. Tengo que aprender a pensar en El nadador sin la insoportable necesidad de empezarlo otra vez”, dijo Samanta Schweblin. “Es un libro sabio y triste”, dijo Ian McEwan.
El libro narra una historia de amor rodeada de acontecimientos trágicos. Si bien es una novela autobiográfica, no cae en golpes bajos. A través de la narración acotada a unas veinticuatro horas, en apariencia simple y lineal, el libro se eleva hacia cuestiones casi míticas de la experiencia humana. Una reflexión sobre la paternidad, el azar, la desgracia y el poder curativo de la literatura.

Piletas 
Félix Bruzzone (Editorial Excursiones)

Además de escritor, Bruzzone es limpiador de piletas. A través de anécdotas, delirios y reflexiones sobre su entorno y sus clientes, cuenta su experiencia como piletero en chalets y barrios cerrados del conurbano.  “Limpio la pileta de una casa en donde no hay nadie. La tentación de meterme al agua cuando termine es muy grande, pero hacerlo sería romper el hechizo. El agua no se mancha. Mucho menos con el sudor de un piletero. Los mineros no se llevan el oro a sus casas para hacerles anillos a sus novias. Por eso trabajo con mangas largas. Para transpirar mucho y hacer crecer el deseo de usar esas piletas que nunca-nunca voy a usar. Cuando el deseo crece y espera, crece y espera, puede pasar cualquier cosa. El big bang se produjo cuando Dios limpiaba piletas con manga larga”, dice en uno de los textos. 

Subacuática
Melina Pogorelsky (Odelia Editora)

Es una pequeña historia construida a través de diálogos irónicos y monólogos mentales en la que Pogorelsky  recorre las zonas menos luminosas de la maternidad y también los roles socialmente asignados a los padres y a las madres. La novela es sobre una etapa bisagra en la vida de Pablo, padre primerizo que enviuda el mismo día en que nace su hija Lola. Tras un largo duelo en el que se dedica exclusivamente a criarla, encuentra en media hora de pileta un tiempo solo para él, mientras Lola nada en el andarivel de "las mojarritas".

Nadar de noche
Juan Forn (Emecé)

Los ocho cuentos que lo componen insinúan mucho más de lo que dicen. Cada una de las historias cuenta un momento en la vida de sus protagonistas. El corte de luz en medio de una pelea de pareja en “El karma de ciertas chicas”; el encuentro de Aranguren, con el ex combatiente de Malvinas en “Memorándum Almazán”; la visita de Cecilia al manicomio donde Iván ve pasar los días en “Alquitrán en los pies”; la conversación de un hijo con su padre muerto al borde de una piscina en “Nadar de noche”... Son quiebres, pequeñas revelaciones que hacen estallar los sueños contra la realidad, y de las que los personajes a veces salen fortalecidos, listos para construir un nuevo sueño. 

Estanque
Claire-Louise Bennett (Eterna Cadencia)

Se trata de la prosa más singular y adictiva de la nueva literatura inglesa. Estanque reúne veinte textos breves que narran lo cotidiano desde el humor, la rareza o, incluso, desde cierta locura. El libro gira en torno a un personaje, una mujer solitaria y nerviosa. Es ella la que marca el ritmo del libro, que pasa de la tranquilidad a la obsesión, de la alegría a la tristeza, de los pensamientos más triviales a las reflexiones sobre la vida. Lo dicho, adictivo y atrapante.