Andrea Urman es escritora, dramaturga y psicoanalista; estudió poesía y escribió cuentos infantiles. Recientemente publicó una obra teatral en la que una joven busca romper con los mandatos sociales y familiares en pos de sus deseos y pasiones. Se trata de una pieza intensa, profunda, atravesada por la poesía de principio a fin. Sobre esta obra, su formación, sus lecturas y sus proyectos charló con revista BePé.

Andrea Urman es escritora, dramaturga, psicoanalista y una lectora voraz. En la biblioteca de sus padres encontró sus primeras lecturas. Aún era una niña cuando leyó La Naranja mecánica, de Anthony Burgess y Lolita de Vladimir Nabokov; y los cuentos y novelas de Poldy Bird, Charles Dickens, Ernesto Sábato, Máximo Gorki, Louise May Alcott y Maria Elena Walsh. Por aquella época también leía cómic y le gustaba mucho escribir. Recientemente publicó la obra de teatro Árida, en la que una joven busca romper con los mandatos sociales y familiares en pos de sus deseos y pasiones. Se trata de una pieza intensa, profunda, atravesada por la poesía de principio a fin. Sobre esta obra, su formación, sus lecturas y sus proyectos charló con revista BePé.

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En la obra abordás los lazos de sangre y los lazos sociales en un doble juego: los lazos como unión/vínculo y como algo que ata, enlaza. ¿Hubo una búsqueda consciente en este sentido a la hora de escribirla? 
En el proceso de la escritura, hay algo que escribe, una cosa que no somos y somos, si querés llamalo inconsciente. En mi escritura siempre está presente lo endogámico, como búsqueda, como pregunta. Lo endogámico como búsqueda en la escritura es dar ese salto al vacio que los vínculos familiares y la familia como institución y el discurso patriarcal nos proponen. En mi escritura  hay una búsqueda de corrimiento a otros lugares en donde los personajes se hacen responsables de su deseo.
Árida es un cuerpo político y social que busca romper la máquina de lo idéntico, de cortar con las instituciones, la familia, la ortodoxia de la religión. Las personas vivimos en un plano naturalizado y los géneros narrativos nos permiten crear otros mundos donde lo idéntico: pensamientos, vínculos, ideologías, usos y costumbres se rebelan. Esa es mi búsqueda. 

También hay un trabajo fuerte con la palabra. ¿Cómo fue el proceso de escritura de la obra?
El texto se originó en el marco de una convocatoria que hizo el Centro Cultural de la Cooperación -dirigido por Jorge Dubatti- para hacer una clínica dramatúrgica colectiva con el dramaturgo mexicano Enrique Mijares Verdín. Había que escribir una obra en quince días, fue una experiencia veloz y extraña. Yo vivo en provincia, todos los días escribía algo y viajaba al Centro Cultural de la Cooperación, en Capital para ser supervisada por Mijares Verdín. Él me propuso otra mirada sobre mi propio texto. Por ejemplo tomamos el arte de Francis Bacon para que la dramaturgia tomara otra vuelo, las pinturas de Bacon hacen que nos tiremos a una pileta oscura y profunda del alma humana, sus seres son desmembrados, retorcidos, mutilados, no podés reconocer sin son animales o personas y ahí aparece la poesía, la poética del alma traumatizada de Árida, atada  y sumergida. Así nació Árida.

¿Quiénes son tus referentes a la hora de escribir?
Uff son millones, ahora te puedo nombrar a Vivian Gornick, Lucía Berlin, Sara Kane, Clarice Lispector, Griselda Gambaro, Mariano Tenconi Blanco, Mauricio Kartun, David Lynch y Fabián Casas. De estos escritores y dramaturgos tan disímiles me interesa que vienen a contar algo de forma destilada, donde la trama narrativa se adelgaza para dar paso a historias fuertes. 

¿Estás trabajando en un nuevo material? 
Si, estoy trabajando en un material nuevo, es interesante porque no tiene que ver con la dramaturgia ni con la poesía, géneros que aborde en los últimos años. Estoy revisando mis posibilidades en la narrativa.  También me asocié con Agustina Murillo que vive en Madrid y armamos una editorial que tendrá oficinas en Madrid y en Buenos Aires. La editorial se llama Entre Ríos, por el lugar en el que nació Agustina y también mi abuela. Ya estamos convocando a algunos escritores. 

¿Qué opinás de la dramaturgia contemporánea argentina? ¿Podrías destacar rasgos positivos y negativos de esa escena?
Voy a tomar unas palabras de Mariano Tenconi Blanco: “considero a la dramaturgia como literatura, la más alta". Hay excelentes dramaturgos en la escena nacional , si tengo que pensar un aspecto más crítico es la poca lectura de literatura clásica, literatura en general que tiene el dramaturgo y a título personal creo que es interesante que el hacedor de textos teatrales se permita solo escribirlos, no dirigirlos.