Hoy las cuentas en redes sociales especializadas en literatura son grandes espacios para conocer autores emergentes, recibir recomendaciones de clásicos literarios, leer reseñas de libros y también para saber qué eligen otros lectores y lectoras. Recomendamos algunas cuentas imperdibles.
Leer argentinos | @leerargentinos
“Leer argentinos es una cuenta de Instagram, pero nos gusta pensar que es también una comunidad formada alrededor de la curiosidad por cierta literatura, que sale de la plataforma pero vuelve para intercambiar opiniones, buscar sugerencias o hacer preguntas. Básicamente para compartir la experiencia lectora”, cuentan las creadoras de @leerargentinos, Florencia Savarino y Cecilia Di Tirro.
La cuenta nació hace poco más de dos años con el objetivo de difundir literatura argentina contemporánea, de editoriales independientes; poco después, le dieron lugar a la literatura latinoamericana actual con libros geniales como Pajarito, de la peruana Claudia Ulloa Donoso o Pelea de gallos, de la escritora ecuatoriana María Fernanda Ampuero.
Leer argentinos no solo propone reseñas de libros y hace recomendaciones, también interactúa con los seguidores a través de dos secciones que ya son clásicos de la cuenta: #lunesdeencuesta y #viernesdepoesía. En los lunes de encuesta Cecilia y Florencia despliegan todo su humor en las preguntas y a través de su repertorio de memes de animalitos —que también son clásicos—, como el del gatito blanco que guiña el ojo y que se ríe un poco de todo. Los viernes proponen una consigna de escritura para que los seguidores de la cuenta hagan poesía y la compartan con la comunidad.
Los seguidores, que cada vez son más, responden con entusiasmo y cariño. “La ‘fidelidad’ de la comunidad pudimos verla fuera de Instagram. La anécdota más entrañable es de la Feria del libro 2019. Nos invitaron a un conversatorio; cuando nos tocó hablar de la interacción con el público mostramos poemas que nos habían enviado durante los #viernesdepoesía y contamos que nos había emocionado recibir el mensaje de una profe de secundaria que incentivaba a sus alumnos en el aula con nuestras consignas. Mostramos su mensaje y la foto de un poema escrito en papel por una alumna entusiasta. Desde la última fila del auditorio se levantó una mujer, y resulta que ¡era la profe! Ahora somos amigas y además tiene una cuenta espectacular (@bonitobaratolibros).De estas cosas lindas tenemos varias, y está buenísimo”, cuentan las creadoras de Leer argentinos.
Sublecturas | @sublecturas
Sublecturas es ideal para los curiosos de lo que leen los demás y, más específicamente, de lo que leen en el subte. La cuenta, que también tiene presencia en Twitter y Tumblr, muestra a personas leyendo mientras viajan en subte. Como la joven que lee Desierto sonoro, de Valeria Luiselli, bajo la mirada atenta de la señora que tiene sentada al lado; una chica que lee parada un tomo gigante de Guerra y paz, de León Tolstoi o el hombre que lleva un barbijo de Boca Juniors y lee muy concentrado La sangre manda, de Stephen King.
“Siempre sentí mucha curiosidad por descubrir que leían las personas en el subte. Pensé que esa ‘sensación voyeur’ podían también tenerla otras personas y se me ocurrió crear la cuenta para subir fotos en las que se pudiera ver con claridad cuál era el libro que se leía. Sublecturas nació como un proyecto personal al que luego le sumé colaboraciones que me enviaban otras personas que también comparten esa curiosidad”, cuenta Hernán el creador del proyecto.
No solo de curiosear vive la cuenta, también propone algunas recomendaciones de lecturas: “Siempre trato de darle más exhibición a las editoriales pequeñas e independientes de Argentina que son las que editan material de alta calidad sin tener los recursos de otros grupos empresariales”, explica Hernán que también es un gran lector de subte. “Una cuestión fundamental es que publico solamente fotos de libros en papel, dejo de lado los ebooks —aclara Hernán— Quiero rescatar la lectura en papel, soy un fetichista de los libros”.
Tragos y libros | @tragosylibros
Tragos y libros propone una lectura simbólica y experimental. Busca ampliar las propuestas literarias que abundan en las redes sociales con recomendaciones de tragos para acompañar a un libro y hacer más grato el momento de lectura. “En definitiva es un maridaje que existe desde siempre en la literatura. Grandes textos, personajes, y sobre todo escritores y escritoras nos dejaron ese vínculo muy estrecho entre los libros y los tragos”, cuentan los creadores de la cuenta.
Lecturas variadas, maridajes interesantes, diversos autores y autoras, libros de todas las épocas, citas, anécdotas del “universo trago y libros” y recetas para cócteles están disponibles en la cuenta que surgió para difundir encuentros presenciales que se hacían antes del confinamiento por el COVID 19. En esos encuentros se proponían lecturas que tenían como denominador común alguna bebida, porque aparecía en las historias que se leían o porque los escritores la bebían o la beben. La lectura se acompañaba con la preparación y degustación de distintos cócteles.
La propuesta es clara: leer, beber y compartir. La cuenta de Instagram sigue apostando a esa idea. Así, recomiendan maridar Cuentos completos del uruguayo Mario Levrero con Ron fashioned con bíter maquinario de naranja o La máquina de pensar en Gladys, del mismo autor, con un vino torrontés tucumano. Para Tragos y libros, al escritor sueco Hening Mankell (y a su entrañable personaje Kurt Wallander) se lo lee con un trago Whisky & Glogg. Glogg es una bebida tradicional sueca —a base de tinto, con cardamomo, jengibre, canela y clavos de olor— que se toma caliente en algunas festividades. “Al público mayormente le divierte la idea relacionar la literatura con algo que a priori parecería muy distante —explican desde la cuenta— También interactuamos con gente que no bebe pero a la que igualmente le gusta la propuesta. La esencia es la literatura”.
Dime qué lees | @dimequelees
Brenda Algozino es una gran lectora y con su cuenta @dimequelees se convirtió en una de las influencers literarias más queridas por el público. En su cuenta apuesta a convertir la lectura en un hábito, a través de reseñas, trucos de lectura, consejos y encuentros literarios. También narra lo que ella denomina #MiOdiseaEnPuan, su paso por la carrera de Letras en la Universidad de Buenos Aires y no oculta su fanatismo por el escritor Martín Kohan o por Harry Potter.
La idea de crear la cuenta surgió en 2016. “Quería compartir los libros que iba leyendo y también encontrar nuevas lecturas, que las personas que disfrutan del hábito de la lectura pudieran decirme qué leer. De allí surge el nombre de la cuenta, del juego de palabras con el refrán ‘dime con quién andas y te diré quién eres’”, cuenta su creadora.
A Brenda siempre le interesaron los libros. “Hace poco mientras ordenaba mi casa encontré una ‘biografía’ que armamos cuando iba al jardín de infantes. En una parte había testimonios y en el apartado escrito por mi mamá decía que yo era una niña muy dulce que disfrutaba visitar librerías. Esa era una de las cosas que más me gustaba cuando salíamos a pasear con mi familia, y es de las que más me gustan ahora”, cuenta. La lectura se convirtió en una de sus pasiones a los 10 años, cuando leyó el primer libro de la saga de Harry Potter, Harry Potter y la piedra filosofal. “Soy de la generación que creció junto a esa historia. Tenía la misma edad que Harry en el momento en que la empecé a leer. Terminé el séptimo libro a los 18 años —explica Brenda— Luego, con el paso de los años, mis lecturas se fueron ampliando y fui descubriendo los clásicos, los autores y autoras de nuestra literatura argentina y de otras partes del mundo”.
@dimequelees comparte ese recorrido lector y también las lecturas e inquietudes de los seguidores de la cuenta, que forman parte de una gran comunidad lectora que interactúa permanentemente. La cuenta también tiene un sitio web que amplía la propuesta. En el inicio propone: “Leer es un hábito. Pero no uno cualquiera, sino un hábito MUY ESPECIAL. Va más allá de leer cada día, una hora por día, un rato antes de dormir, un libro por semana o tantos por mes. La LECTURA es un hábito que nos acompaña a diario, trascendiendo el propio acto de leer que lo constituye. Leer es una forma de ESTAR EN EL MUNDO Y HABITARLO, de expandirlo con las palabras”.
Pila de libros | @piladelibros
Pila de libros es una cuenta de Instagram. Y un podcast. Y un “Tinder de libros”. Nacho Damiano, periodista, publicista y licenciado en letras, está al frente de este súper proyecto literario que nació primero como un podcast que celebra el entusiasmo por la lectura (y que Damiano conduce junto a la música mexicana Julieta Venegas). La cuenta de Instagram surgió para promocionar el podcast y se convirtió en una comunidad de lectores tan fuerte que derivó en la página www.piladelibros.com en la que los usuarios publican libros para intercambiar.
@piladelibros propone un acercamiento a la literatura, y a los libros en general, sin halos academicistas o elitistas. “A mí leer me da ganas de vivir y la idea es contagiar un poco eso, incentivar el placer por la lectura, quitarle ese halo que muchos le suelen poner a la literatura como una forma de mantenerla como un privilegio —cuenta Nacho— Desde siempre aporto mi granito de arena, para que la lectura sea un derecho y no un privilegio”. En Pila de libros se pueden encontrar análisis de obras, sorteos de libros, recomendaciones de la página y también de los propios usuarios. También hay secciones como #UnaPilaDeBuenaData en la que se ofrece información para conseguir un material en particular o #QueGireUnaPilaDeLibros de la que derivó la web. Cada viernes, la cuenta hacía una publicación con ese hashtag y en los comentarios los usuarios y las usuarias de todo el país comentaban qué libros querían “hacer girar”, cuáles querían a cambio y cuando había coincidencias se juntaban a intercambiar. Fue tal el éxito de la iniciativa que la sección derivó en la página web que Damiano llama “Tinder de libros”.
“Me conmueve el respeto y el cariño con el que se hacen los intercambios. Los usuarios no solo se mandan libros, también intercambian notas, cartas, golosinas, señaladores, lápices y se juntan a tomar un café, a charlar de libros. Hay una sensación de comunidad muy grande y una especie de alegría por estar compartiendo la pasión por la lectura, que muchas veces es una actividad solitaria —cuenta Nacho— Se está armando una comunidad de lectores analógica que ojalá siga creciendo”.